Martina Fernández eligió el patinaje artístico y esa disciplina la llevó a conocer un mundo mágico.
A los 11 años, es Campeona Nacional de patinaje artístico. Casi sin pensarlo, pero trabajando duro, Martina Fernández consiguió una medalla más que importante para la provincia en plena pandemia. Ese título obtenido en Córdoba a fines del 2021, le dio el envión anímico para continuar brillando en el deporte que la enomoró a primera vista.
Conversar con Martina, es conocer el por qué lleva el patinaje artístico en la sangre. Tina, es la hermana mayor de Santi, su fan número uno, que desde que nació la vio subida a los patines de cuatro ruedas. Su mamá Silvia Aguirre, que trae podios acumulados, aunque sean de ciclismo, supo entender la necesidad de su hija para acompañarla en todos los detalles. Desde los peinados, el maquillaje y cada lentejuela bordada o los strass pegados de a uno en la malla de competición, son las muestras claras de ello. Y sí, las medallas que decoran los rincones de su casa en Rawson, reflejan la dedicación en cada entrenamiento de esta jovencita que ya se ganó un lugar importante representando al Club Unión de Villa Krause.
Su llegada al mundo del patinaje artístico no fue casualidad. Por el contrario, tampoco fue un premio por un cumplido o una promesa. La propuesta, llegó de la mano de la psicóloga de Martina cuando cursaba el Preescolar. En ese momento, le recomendó que canalizara sus energías con alguna actividad recreativa. Lo que nunca se imaginó la profesional, es que le estaba dando a Martina un vuelco en su vida, porque desde que que pisó una pista de patinaje, el apego con los patines fueron mutuos.
Siempre sonriente, Martina se desliza suavemente de un lado a otro en el playón que está cercano a su casa. Un poco para mostrar lo que es su fuerte, como los trompos y los saltos, y otro tanto para sentirse segura en ese espacio, un mundo de figuras y trucos, que le enseñaron sus profes de Libre, Escuela, Danza y Educación Física, la combinación perfecta para amalgamar la estética de este deporte. «Si algo no me sale me esfuerzo más, pero no me enojo», contó la especialista en volteretas. «Me caí practicando saltos y duele mucho, pero seguí probando hasta que me salió», recordó.
Como a los mejores actores, a Tina le picó el bichito de los nervios en su debut. «Estuve muy nerviosa en mi primera competencia, pero eso fue al principio», relató la patinadora, que además, es una alumna destacada formando parte del Cuerpo de Bandera.
«Martina me demuestra que es feliz arriba de los patines», expresó su mamá, que tuvo que aprender la dedicación a este deporte, y en un principio sintió un poco de miedo cuando empezó con los trompos o vueltas de espaldas. «Siempre le recomiendo que se cuide, pero la veo que ama patinar, y eso me gratifica. Creo que vale la pena tanto sacrificio», agregó quien está atenta a la elección de su hija, haciendo hincapié en que lleve los estudios a la par, donde sobresale también en su redimiento académico, a pesar de los contratiempos. «En plena pandemia, no teníamos celular para descargar las guías. Pero, gracias a una amiga se pudo cumplir con todo. Recién el año pasado, con mucho esfuerzo adquirimos un teléfono para recibir las clases virtuales», recordó con un poco de angustia por lo vivido.
Fan de Queen y Milagros Nimeth, integrante del seleccionado argentino, Martina se entretiene en sus ratos libres mirando vídeos de rutinas o peinados para su próximo torneo. «Recién comenzamos con la pre temporada», dijo contenta de volver a sus entrenamientos. Ahora, mientras retoma la actividad, sabe que tiene un título que defender en el próximo torneo nacional, y anhela estar muy bien preparada para el Campeonato Sudamericano, por lo que quiere pulir cada uno de sus próximos pasos con destellos sobre ruedas.
PH: Adrián Rebollo para https://www.instagram.com/deportesalplato/