El flamante ganador del Giro del Sol, espera recuperarse de la fractura para saber si estará en condiciones de correr en la Vuelta a San Juan Internacional. La lesión sufrida tras una caída en los kilómetros finales, determinó la inmovilización del brazo derecho del piquetero.
Reposo, cabestrillo y buena compañía. Así pasa las horas el reciente ganador del Giro del Sol en su casa de Rivadavia. Nicolás Naranjo apenas pudo festejar el doblete en la ronda sanjuanina, ni bien se enteró de la fractura, los planes, tanto en lo deportivo como en lo personal, hicieron un giro de 180°.
Si quien escribe esta nota fuera director de cine, seguramente ya tendría el argumento de una película. Ahora sí, el género lo eligen ustedes, los lectores, porque la historia del XVII Giro del Sol tiene tanto de dramatismo que fácilmente podría encuadrarse en ese estilo de films, ya que son películas con personajes y situaciones muy realistas, parecidas a la vida cotidiana, que incluyen situaciones tensas y dramáticas, y que pueden acabar mal o no.
Los resultados de la primera competencia de etapas del 2019 de la temporada de ruta sanjuanina son, para los seguidores del ciclismo más que conocidos. El Prólogo levantó el telón en la noche del jueves 3, con la victoria de Darío Álvarez. El riocuartense del SEP se llevó los tres sprints de la fase final y categóricamente se puso de Líder en el Giro. Muy de cerca, Héctor Lucero (Pocito) y Nicolás Naranjo (AVF) se mostraron como los candidatos a quedarse con las etapas de la prueba organizada por la Fundación por el Progreso. Hastá ahí, podríamos decir que los personajes de esta película ya están claramente presentados.
En la tarde del viernes, la historia tomó otro vuelco. Una fuga de 27 pedalistas que se generó en los últimos 50 kilómetros, llegó a consolidarse con una ventaja a favor de un minuto y medio. La definición, llegaría de la mano del protagonista principal de este cortometraje. Ubicado en el escalón más alto, Nicolás Naranjo se vistió con el maillot azul, que indicaba ser el líder de la Clasificación General.
El sábado, con la ida al Santuario de la Difunta Correa y la llegada en 9 de Julio, el oriundo de La Bebida, escoltó al Willy Lucero, aprovechando una nueva bonificación en el sprint final que le permitió estirar un par de segundos la brecha con los escoltas. El domingo en la mañana, la CRI individual fue bien sorteada por el piquetero, no perdió el liderazgo, mientras que Daniel Díaz (Pocito) y Emiliano Contreras (Mardán) pasaron a secundarlo, quedando a 13s y a 16s, respectivamente, lo que de dio el suspenso para el tramo final, que llegaría en horas de la tarde, cuando el desenlace estaba por transcurrir.
El ascenso al Dique Punta Negra con lluvia y granizo aumentó la dosis de incertidumbre. El desgaste en los físicos se hizo sentir, y en la entrada al circuito chimbero el dramatismo se vivió cuando el Líder se fue al piso. En un confuso episodio, Naranjo y el salteño Díaz, enredaron sus manubrios y perdieron el equilibrio. Ambos se golpearon duro, la diferencia fue que Nicolás se levantó más rápido, como casi sin darse cuenta de la magnitud de lo sucedido. «Me levanté y enganché rápido. Cuando apretaba el manubrio con la mano derecha no podía hacer fuerza, ahí me di cuenta que algo estaba mal», manifestó el ganador del Giro, porque como si fuera el final perfecto, después del suelazo se quedó con la etapa y se aseguró la General.
Producto de la caída, las coronas 11 y 12 le venía fallando, por lo que Adrián Richeze le ofreció su bicicleta. La decisión de no cambiarla fue por no perder ni un metro ya que era el momento en que la competencia buscaba a un ganador.
«Tengo una fractura en el omóplato derecho», comentó Naranjo con el diagnóstico certero. «Dentro de diez días tengo que volver a sacarme una placa para ver cómo va evolucionando», agregó. La pausa en sus palabras determinaron que el pedalista sabe que es una lesión que posiblemente le complique su participación en la XXXVII Vuelta a San Juan Internacional.
La Vuelta UCI 2.1 a fines de enero, puede quedarse sin uno de los protagonistas sanjuaninos que ya sabe lo que es traspasar las fronteras de la provincia y del país. «En el sprint final, en Chimbas, tuve buenas sensaciones a pesar del dolor en el brazo. Ví que venía Ricardo (Escuela), ya preparado para ganar la etapa. Así que me mantenía cómodo atrás y aproveché esa posibilidad de embalar», describió Naranjo.
Nada podía fallar y no falló. ¿De dónde sacó las fuerzas Nicolás Naranjo para adueñarse de la última etapa, habiendo sufrido un golpe que le dificultó el agarre seguro en su bicicleta y, además, que la tranca tiraba para el lado que indicaba el cambio torcido? La edición del 2018, tuvo al mismo protagonista, pero esa vez la pulseada la tenía con Mauricio Quiroga. Un final abierto hasta la línea de sentencia, donde el piquetero se llevó el sprint final y selló su nombre por primera vez en las historia del Giro. Un año después, otro final para el infarto, sobre llovido, mojado, pero el mismo ganador. ¿Será que las competencias para el pedalista de La Bebida son así, a todo o nada?
Ahora, mientras se repone, recibe la visita de su familia, sus amigos y también atiende todos los mensajes, que llegaron de diferentes puntos del país y también de Uruguay. «Por momentos me agarra la tristeza, de pensar que no voy a ser parte del equipo en la Vuelta», expresó con la voz sensible. Por el momento se subirá al rodillo para no perder ritmo, pero sostiene que si no está al 100% con la recuperación de la fractura no va a llegar a competir a fines de enero.
«Tengo 28 años, y me quedan muchas competencias, por lo que si no es esta Vuelta, será la del año que viene», afirmó Naranjo. Pero si hay algo que tiene más que claro, es que nada está perdido, «La vida tiene revancha, así que si no es ahora, me prepararé para lo que viene, para ganarlo con más ganas que antes». Y por qué no, si el protagonista de esta historia, su historia que ya es más que conocida, está convencido de lograrlo, seguramente ya estará pronto a embalar y levantando los brazos para festejar, guardando estas escenas de su vida en su memoria, para repasarlas una y otra vez cuando necesite un empujón anímico.
