El extenso palmarés cuenta que corrió las maratones de Nueva York, Roma, Madrid y Buenos Aires. Así como también escaló el Everest, el pico más alto de la cordillera del Himalaya. Pudo acceder, al Valle de las Lágrimas, en el punto de la Cordillera de Los Andes donde se accidentó el avión uruguayo que trasladaba a los rugbiers en 1972 y los sobrevivientes aguardaron por su regreso poco más de 70 días. Con sus esquíes, fue integrante del seleccionado argentino en Vancouver 2010, los Juegos Paralímpicos de Invierno. Y como si todo esto significa poco, corrió un Ironman en Miami. ¿Aventura? ¿Pasión? ¿Qué mueve a Juan Maggi a encontrar nuevos desafíos?
Juan Maggi llegó desde Córdoba a San Juan para participar de la Vuelta Inclusiva. Sus 50 y pico abriles no son ningún impedimento para quedarse quieto, como tampoco lo fue esa enfermedad que el destino le puso enfrente al año de vida y tuvo que aprender a convivir. El reconocido deportista cordobés, es uno de los referentes del deporte adaptado en nuestro país y el claro ejemplo de superación para muchos, contó como vivió esta etapa inédita en una competencia UCI.
“Es lo que siempre soñé, he soñado con competencias donde participemos todos”, explicó Juan muy emocionado por la inclusión del ciclismo en una prueba internacional. El deportista paralímpico cordobés no llegó a la provincia por casualidad. Impulsado por la propuesta de la Secretaría de Estado de Deportes con la Etapa Inclusiva dentro de la Vuelta a San Juan Internacional, escribiría en su nombre en la historia de una prueba inédita. Por primera vez en una competencia con categoría UCI 2.1, el paraciclismo tendría la oportunidad de mostrarse al mundo.
Durante su estadía en la Tierra del Sol y del Buen Vino, ha recorrido San Juan y admite que aquí, una persona con discapacidad puede manejarse cómodo, ya que nuestra ciudad cuenta con rampas para la mejor accesibilidad. Sostiene firmemente que la bondad del gobernador Sergio Uñac, así como también del Secretario de Estado de Deportes, Jorge Chica, le permitieron entender que el concepto de la discapacidad en el mundo está cambiando y han sido pioneros organizando esta carrera. “Me gustó que esta Vuelta Inclusiva no fuera tan exigente. La idea de hacerla participativa permitió que todos puedan acceder”, afirmó el imparable Juan.
Si bien Juan Maggi no puede utilizar una bicicleta convencional, logró insertarse en el ciclismo con una hand bike. La bicicleta, adaptada a sus capacidades, tiene la caja pedalera posicionada para que mueva las bielas con sus manos, y su cuerpo va recostado en una especie silla perfectamente acondicionada y segura. Con el casco reglamentario, demostró el dominio de su caballito de acero en el circuito del Parque de Mayo. Su deseo es que el año entrante, tiene que haber una categoría en la Vuelta con las reglas del Ciclismo Adaptado Internacional, para que todos los ciclistas adaptados de Elite, puedan competir.
Un infarto a sus 37 años, le marcó el antes y el después en su vida. La práctica deportiva se volvió más que una rutina, sino que se transformó en una disciplina que lo acompaña incansablemente y sigue en la búsqueda de nuevos desafíos que lo impulsan a más. “Cuando se suban a una bici, a una silla de básquet adaptado, a una tándem, o que vayan a jugar un vóley adaptado, o simplemente correr una maratón, se van a dar cuenta como se les abre la cabeza, y comienzan a disfrutar de un mundo fantástico. El deporte es mágico para todo el mundo, pero para las personas con discapacidad lo es aún más, porque tiene una magia suprema”, culminó Maggi poco antes de partir con su hand bike.