El pocitano encontró la pasión por la naranja y este año debutó en el Nivel 3 Masculino de la liga federativa local.
De chico le gustaba tirar al aro pero le faltaba todo. Y tanta fuerza hizo que pudo concretar el sueño de jugar en un plantel de Primera. Tiziano Frías es pocitano y vive en la localidad de Carpintería. Recién salido del secundario se las arregla para combinar horas de trabajo y entrenar junto al equipo que este año llevó el básquet a ese distrito después de varias décadas.
Todo comenzó cuando Miguel Sisterna, reconocido DT de básquetbol, presentó un proyecto para comenzar con la actividad en el Club Deportivo Carpintería. Allí a 38 kilómetros de la capital sanjuanina, llegó la naranja por primera vez. El equipo que comenzó a entrenar, contó con la presencia de reconocidos jugadores de la provincia, que ya fueron parte de otros clubes, y hoy se animaron a meterse en el Nivel 3 con el único objetivo de ascender hasta alcanzar la máxima categoría. Es así que ese envión sirvió para que varios niños y niñas se sumen para ser parte de las formativas, lo que fue propuesto desde un principio por Sisterna.
Si bien en el inicio de las prácticas se acercaron unos pocos, por estos días, el playón de Deportivo Carpintería ya cuenta con una treintena de nuevos jugadores de las inferiores, lo que mostró el interés por la práctica de una nueva actividad para los socios.
Entre las promesas locales, está Tiziano Frías. Él reconoce que siempre quiso jugar al básquet, pero que llegar a un club del Gran San Juan, no solo le invertía tiempo que le dedicaba a sus estudios, sino que también le pesaba en lo económico por el transporte. Pero, lejos de desanimarse, se acercaba a una plaza para probarse tirando al aro con un par de amigos que «le hacían el aguante«. Hoy, con más entusiasmo y convicción que nunca, entrena junto a la Primera División que se mantiene puntero en el Torneo Apertura del Nivel 3 con los tres juegos ganados.
«Antes no teníamos nada para jugar al básquet. Tiraba en una plaza, en un tacho de basura o lo que encontrábamos, porque era cuestión de tirar. Cuando llegó el básquet a Carpintería fue como un golpe de suerte, porque era lo que realmente necesitábamos para empezar a crecer en esto que me gusta tanto», contó Tiziano, que a sus 19 años entrena con varios experimentados en materia de básquet, y ese roce de competencia lo prepara pensando en el ascenso.
El pocitano finalizó el secundario y consiguió trabajo en su Carpintería natal, por lo que no contaba con el tiempo para anotarse en un club del Gran San Juan y practicar el deporte que le apasiona lejos de su casa. «Ahora, con este equipo acá me queda todo tan cerca para poder practicar. Estoy muy orgulloso también de poder representar a nuestro club porque somos los únicos de Pocito que estamos en la Federación. Es una gran oportunidad y un privilegio para nosotros», sostuvo.
Las expectativas de Tiziano son muchas. Por el momento avanza paso a paso guiado por Miguel Sisterna. Mientras tanto se proyecta a medida que va conociendo sus posibilidades. «Quisiera mejorar con este equipo, para ser de más relevancia», agregó. «Soy ansioso, pero escucho y aprendo todo lo que puedo para mejorar cada vez más. Tengo compañeros que tienen mucha experiencia de grandes clubes, por eso aprovecho esa oportunidad que me dan de ser parte de este equipo».
Defendiendo al equipo de los Gigantes del Sur sanjuanino, Tiziano se pone la 33 y es uno más, que prueba, se mide, aprende y mejora. Seguramente, como lo hicieron cientos de jugadores que se formaron en diferentes clubes. Pero a él, el básquet tuvo que llegarle porque la plaza le quedaba chica, y el Deportivo Carpintería es esa segunda casa que lo hace sentir orgulloso de representarla.
PH: ©Luis Guzmán